lunes, 13 de junio de 2016

THAIS RODRIGUEZ



Universidad Nacional Experimental
De los Llanos Occidentales
“Ezequiel Zamora”
Coordinación de Postgrado.  Unellez – Apure
Maestría en Ciencias de la Educación Superior
Mención: Docencia Universitaria.  Corte XIX
Facilitadora: Dra. Petra Peña
Maestrante: Ing. Thais X. Rodríguez Ortiz



LA ÉTICA COMO VALOR PRIMORDIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

     En la actualidad, escuchamos a nuestros abuelos, padres y profesores evocar recuerdos y anécdotas con los que argumentan lo diferente que es la educación hoy en día. Diversos autores atribuyen estos cambios a una serie de factores sociales, económicos y culturales que han influido de forma progresiva en el proceso educativo del individuo. Los valores constituyen potencialidades humanas que dignifican al individuo, por lo que educar en valores es una necesidad imperante en la sociedad actual.
Nuestro País se encuentra atravesando una crisis de valores debido a que no se han cultivado lo suficiente en nuestras familias ni en los institutos de educación.  Ante este vacío, se está reclamando una mayor moralidad en todos los ámbitos de la vida social: como en la política, en el desempeño de las funciones públicas y privadas, en las empresas, en las transacciones comerciales, en los medios de comunicación social, en los hospitales, en los centros educativos, en la vida familiar, porque finalmente el aumento de la práctica y de la vivencia de estos valores permitirá la humanización de nuestra sociedad.
Es imposible imaginar una vida humana sin valores, especialmente sin valores éticos. Es por esto que hoy en día surge la necesidad de educar en valores, de reconquistar la práctica de los valores éticos. La formación de valores para el desarrollo de la personalidad, la cual se trata del comportamiento general que debe regir en la conducta del individuo y determinar consecuentemente sus actitudes y su forma de actuar.
La ética profesional debe ser concebida como el desarrollo educativo que en su carácter consolida el comportamiento de los profesionales. En su formación, estos van adquiriendo normas, valores y una concepción de la profesión que altamente individualizada se convierte en un regulador especial de su comportamiento moral. Es por esto que para los Educadores debe ser prioridad incorporar la vigencia de la ética y valores en el desempeño de su labor educativa.
Las Universidades deben implementar en sus diferentes especialidades, programas de estudio con estrategias que vinculen la formación de valores con la realidad social, que busque el desarrollo de actitudes que permitan demostrar a los estudiantes lo que en realidad es éticamente válido, para que así puedan participar en la construcción de una mejor comunidad, sociedad y de un mejor país.

Otros de los valores que debemos fomentar a nuestros estudiantes se encuentran los vinculados a la autonomía del sujeto, es decir, autenticidad, sensibilidad, independencia de juicios, de criterios, la tolerancia, espontaneidad, crítica y autocrítica, discrepancia, felicidad, el internacionalismo, el colectivismo, la solidaridad, el espíritu de sacrificio, justicia, responsabilidad, el trabajo creador y la libertad.

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