De los Llanos Occidentales
“Ezequiel Zamora”
Coordinación de Postgrado. Unellez
– Apure
Maestría en Ciencias de la Educación Superior
Mención: Docencia Universitaria.
Corte XIX
Facilitadora: Dra. Petra Peña
Maestrante: Ing. Thais X. Rodríguez Ortiz
LA ÉTICA COMO VALOR PRIMORDIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
En la actualidad, escuchamos a nuestros abuelos, padres
y profesores evocar recuerdos y anécdotas con los que argumentan lo diferente que
es la educación hoy en día. Diversos autores atribuyen
estos cambios a una serie de factores sociales, económicos y culturales que han
influido de forma progresiva en el proceso educativo del individuo. Los valores
constituyen potencialidades humanas que dignifican al individuo, por lo que
educar en valores es una necesidad imperante en la sociedad actual.
Nuestro País se encuentra atravesando una
crisis de valores debido a que no se han cultivado lo suficiente en nuestras
familias ni en los institutos de educación. Ante este vacío, se está reclamando una mayor
moralidad en todos los ámbitos de la vida social: como en la política, en el
desempeño de las funciones públicas y privadas, en las empresas, en las
transacciones comerciales, en los medios de comunicación social, en los
hospitales, en los centros educativos, en la vida familiar, porque finalmente
el aumento de la práctica y de la vivencia de estos valores permitirá la
humanización de nuestra sociedad.
Es imposible imaginar una vida humana sin
valores, especialmente sin valores éticos. Es por esto que hoy en día surge la
necesidad de educar en valores, de reconquistar la práctica de los valores
éticos. La formación de valores para el desarrollo de la personalidad, la cual se
trata del comportamiento general que debe regir en la conducta del individuo y
determinar consecuentemente sus actitudes y su forma de actuar.
La ética profesional debe ser concebida
como el desarrollo educativo que en su carácter consolida el comportamiento de
los profesionales. En su formación, estos van adquiriendo normas, valores y una
concepción de la profesión que altamente individualizada se convierte en un
regulador especial de su comportamiento moral. Es por esto que para los
Educadores debe ser prioridad incorporar la vigencia de la ética y valores en
el desempeño de su labor educativa.
Las Universidades deben implementar en sus
diferentes especialidades, programas de estudio con estrategias que vinculen la
formación de valores con la realidad social, que busque el desarrollo de
actitudes que permitan demostrar a los estudiantes lo que en realidad es
éticamente válido, para que así puedan participar en la construcción de una
mejor comunidad, sociedad y de un mejor país.
Otros de los valores que debemos fomentar
a nuestros estudiantes se encuentran los vinculados a la autonomía del sujeto,
es decir, autenticidad, sensibilidad, independencia de juicios, de criterios,
la tolerancia, espontaneidad, crítica y autocrítica, discrepancia, felicidad,
el internacionalismo, el colectivismo, la solidaridad, el espíritu de
sacrificio, justicia, responsabilidad, el trabajo creador y la libertad.
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